SOBRE LA FORMA DE LOS LUGARES SIN LIMITES_ESPACIO VIVO INFINITO_PROPUESTA BIENALSUR_2020-2021



SÍNTESIS DE PROYECTO

“Si el tiempo es un proceso mental, ¿cómo lo pueden compartir miles de hombres, o aún dos hombres distintos?” (Jorge Luis Borges, 1936, Pag.3)


El tiempo circular, ensayo de Jorge Luis Borges en la Historia de la eternidad, plantea sus vueltas al análisis sobre el eterno retorno, enfatizando la doctrina de Blanqui, la cual refuerza mundos iguales o desiguales tanto en tiempo como en espacio y pretende demostrar que el universo (el cual está lleno de copias de los originales que pueden presentar modificaciones) es infinito en tiempo y en espacio, eterno, sin límites e indivisible.

La idea de eterno retorno se refiere así a un concepto circular de los acontecimientos a lo largo de la historia. La historia no será lineal, sino cíclica. Una vez cumplido un ciclo de hechos, éstos vuelven a ocurrir con otras circunstancias, pero siendo, básicamente, semejantes.

Como leemos en una de sus reflexiones, el caso equivaldría al de un hombre que da la vuelta al mundo: no dice que el punto de partida y el punto de llegada son dos lugares diferentes o muy parecidos; dice que son el mismo lugar.

En febrero de 2019, colaboramos por primera vez como un grupo de artistas a la distancia, estableciendo vínculos inmateriales entre las ciudades: Córdoba-New York, Córdoba-Berlín. La intención era generar un nuevo espacio para la exploración y experimentación del arte como acción, hecho efímero- espontáneo. La relación  simultánea de los acontecimientos  a la distancia nos llevó a expandir los límites espacio-tiempo de donde se ve y se pulsa arte.  Como consecuencia, acordamos un marco de referencia temporal, al cual todos nos conectamos.  Materializamos así, una interacción que duró aproximadamente tres horas en donde cada artista compartía su proceso – proyecto en vivo. Múltiples líneas de conexión surgieron entre proyectos dando lugar a nuevas formas de interacción y muestra. La ciudad de Córdoba-Argentina fue la sede material de este encuentro y fue allí donde sucedió este primer experimento, algunos proyectos se encontraban físicamente presentes, otros, proyectando a través del borde virtual. A partir de este desarrollo, nacieron los siguientes interrogantes: ¿Es el espacio físico de Córdoba el espacio real para todos los proyectos?; ¿Es el tiempo real del artista transmitiendo, el real para el resto de los artistas?, ¿Y la audiencia, en qué espacio tiempo se vincula con el arte emitido?

Surgió así; lo que llamamos espacio vivo ∞ (infinito): una dimensión de encuentro común que propicia la interacción fluida de los tiempos, la experimentación, la participación y el diálogo entre múltiples formas de expresión/arte.  

Apelando a un fenómeno ya ocurrido, presentamos aquí el siguiente proyecto, utilizando como referencia el primer experimento-interacción. De esta manera cada proyecto artístico en su latitud y tiempo real, se expresa trascendiendo los límites de las coordenadas cartesianas (x,y,z).  El tiempo real, distinto para cada proyecto o acción, se lleva al presente (vivo∞ infinito) para que la interacción suceda. Esta acción instintiva e inmaterial, permite que cada artista con su proyecto imagine y establezca líneas de conexión con otros proyectos. Aparece así, la red como una obra espontánea. La experiencia desvanece el concepto de punto o proyecto individual para transformarse en red/ múltiples proyectos, abriéndose a una nueva inteligencia capaz de establecer vínculos entre diferencias.

Proyectos autónomos y cerrados, se desarticulan a partir del intercambio y de la sincronía que pueda generarse a través del compartir indeliberado con otros proyectos bajo un espacio común, generando así redes orgánicas de agenciamiento. Lo interesante es, no sólo la expresión algebraica que genera esta red de proyectos en su totalidad, sino también cómo un proyecto “cerrado” muta, a partir de conectarse con el proyecto de otro artista. 

La audiencia hace las veces de hilo conductor o elemento vinculante.

Esta red de conexión también se puede visualizar como un mapa que se produce a través de la acción. Donde aparece un cuarto plano, el borde virtual como vehículo de estas acciones simultáneas. El modelo denomina la multiplicidad descentrada, que no es doblegada a un orden general. Se refiere al concepto de rizoma.

“El rizoma opera por variación, expansión, conquista, captura y retoños. El rizoma pertenece a un mapa que debe ser producido y construido, un mapa que es desmontable, reversible, conectable, modificable, con múltiples entradas y salidas y con sus propias líneas de fuga, como trazos”. (Deleuze & Guattari, 1980, p.21).

Cualquier punto puede ser conectado con cualquier otro, y debe serlo por considerarse una figura abierta, cuyos elementos (todos heterogéneos) se entrelazan ininterrumpidamente unos con otros. El espacio rizomático es un lugar de transformación y de mezcla, donde no empieza ni acaba, una red, una web, un sitio sin centro.  Compuesto por dimensiones o mejor dicho direcciones en movimiento.  No tiene principio ni fin, pero siempre un medio desde y hacia donde crece y se derrama. De esta manera, la acción desdibuja el concepto de punto para transformarse en red, con todas las posibles conexiones que se generen, mutando, manipulando y enriqueciendo cada proyecto, gracias a la sincronicidad espontánea y orgánica que se va desarrollando. Cada experiencia es distinta y única, y la red que se genere es propia de ese momento, dada por los proyectos/ artistas que participen y las transformaciones que se den entre ellas.

Hoy junio del 2020, transitamos un momento único en la historia de la humanidad, sin embargo, lleno de episodios que se repiten. Somos testigos de algo que se cierra para volver abrirse. Es el principio de un fin, el tiempo circular, el “entre las cosas”, el presente perfecto para detenernos y pensar: ¿qué modelo vincular queremos propiciar para seguir transitando?

“Hay gente que dice que la historia se mueve en espiral, no linealmente como podríamos esperar. Viajamos a través del tiempo con una trayectoria circular, y la distancia crece desde un epicentro para luego retomar, una vez deshecho el círculo. (...) el pasado no era nunca un paisaje fijo e inactivo, sino siempre algo que se vuelve a ver. Querámoslo o no, viajamos en espiral, creando algo nuevo a partir de lo que ya es pasado” (Vuong Ocean, 2019, pág 29.)

Bibliografía

-Jorge Luis Borges. Historia de la eternidad. Viau y Zona, Buenos Aires, 1936.

-Gilles Deleuze & Felix Guattari. Mil mesetas, capitalismo y esquizofrenia. Universidad de Minnesota press. 1980

-Voung Ocean. En la tierra somos fugazmente grandiosos. Anagrama, 2019.


ESPACIO SUGERIDO

La instalación propuesta es un volumen contenido en una escala o espacio más amplio (edificio, teatro, casa, plaza). El montaje del mismo dará lugar al espacio donde sucede el arte vivo. Este volumen, actúa como un receptor, un espacio vacío que recibe y activa diferentes proyectos artísticos, alojando en su interior a la audiencia, la cual lo experimenta transitándolo.

El tamaño, escala, dimensiones y envolventes de este volumen, van a depender de la cantidad de proyectos que interactúen, como así también de la arquitectura que los albergue. Es nuestra intención que la audiencia se apropie del espacio generando sus propios recorridos. Una vez adentro, el espacio se fracciona en subespacios, permitiendo mostrar en cada uno de ellos diferentes proyectos (música, sonido, video, imagen, escultura, pintura, etc) sucediendo en otros lugares del mundo, que serán proyectados en el espacio de la bienal a través de una cámara web vía mainstream Channel.

En cuanto a la materialidad, proponemos planos como paneles divisorios confeccionados en tela miriñaque, el ancho de cada panel es de 90 cm, la altura varía de acuerdo al espacio disponible. Lo cual permite un versátil montaje y desmontaje, adaptándose a las condiciones del entorno, generando así los subespacios con transiciones lentas y graduales y hasta la posible superposición de proyectos.

Los espacios técnicos se colocan en dos zócalos, uno superior y otro inferior. El zócalo inferior alberga las instalaciones eléctricas para poder montar determinados proyectos que estén sucediendo en otra ciudad o lugar. El superior contendrá el sistema de anclaje para montar cada panel, y una cámara en la unión de ambos ejes, para poder registrar el intercambio producido entre los proyectos dentro de los subespacios en interacción con la audiencia. De esta manera y a través de la tecnología, todo lo que se registre en ese momento podrá ser transmitido en vivo en los diferentes espacios que se realizan las muestras, generando así el ciclo de retorno a la fuente.

Así, en la simpleza de las formas y la sencillez resolutiva, obtenemos una instalación flexible. El montaje se disuelve, motivando el encuentro entre la obra y la audiencia.  Todo lo que sucede dentro de este espacio receptivo, incluyendo los diferentes proyectos y la incorporación de nociones espacio-temporales diferentes, es integrado a través de la percepción del espectador.



CURADURIA

{Florencia Bertorello, Alexia Bosco, Guadalupe Fassi, Flavia Bertorello}